El Saltamontes y la Adelfa. Escena matutina.
Acuarela sobre papel italiano Cartiera Magnani de grano fino. 20 x 50 cm.
Trabajo rápido al aire libre.
Conviene dedicarse pronto al navegante intrépido (el saltamontes) porque, inquieto por su protagonismo inesperado, se puede largar antes de que lo hayamos memorizado suficientemente. Luego, ya metidos en faena, en un pispás se organiza el resto.
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En este primer detalle en el que sale de cuerpo entero se aprecia el tratamiento de la anatomía que conviene tener aprendida de antemano. Saberse bien la de un ortóptero es de gran ayuda ya que su estructura es un patrón para muchos insectos.
En este ya casi "retrato" de nuestro joven ortóptero tetigónido vemos que nos mira de soslayo y con inquietud manifiesta.
Sus ojos son compuestos y no tiene pupilas por lo que en realidad no nos mira de reojo sino que está viendo por todos lados y estudiando por donde escapar.
Por pura erudición acompaño un pequeño estudio que data de 1.982 en el que dibujé (a la acuarela, para variar...) a unos parientes próximos de nuestro invitado de hoy.
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