Años treinta, el puerto de Hamburgo.
Detalle. Paleta muy reducida. Un lavado casi general con algunas reservas en el primer plano y en el celaje y una o dos pasadas de tinta marcan las distancias entre la niebla. Las tintas se aplican con pincel más o menos seco. Con pluma mojada en las mismas tintas se dibujan los detalles lineales.
Casi siempre sorprende incluso al propio autor que una paleta reducida pueda sugerir tantos matices. Siempre es un buen ejercicio limitar voluntariamente el número de pastillas a utilizar.
Es buena idea llevar siempre a mano una paleta
reducida.
La que muestro es de fabricación casera (una cajita antigua de cigarrillos) y tiene unas pastillas de buena calidad pero de unos colores indescriptibles. Pero como decimos los fotógrafos la mejor cámara es la que se tiene a mano, de modo que igual se presenta la ocasión y nos coge equipados. A ver que sale...
Ejemplo de gama con paletas de dos y de cinco colores.
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